Percepción de la comunidad frente a un médico ajeno al contexto intercultural
Al asumir la responsabilidad de Directora del Hospital de Pucarani y Jefa de Área de Salud de Los Andes, tuve conocimiento sobre la percepción que tenía la comunidad de los médicos “blancos”, expresada por las siguientes apreciaciones, tanto de los propios funcionarios de salud como de la gente de la comunidad, en relación a la actitud de mi antecesora:
- “La doctora no quiere ir a atender a las casas”.
- ”Abandonaba el hospital”.
- “Se va a sus clases en la ambulancia”.
- “No le gusta compartir con nosotros”.
- “Desconoce a las autoridades, porque no nos consulta ni nos toma en cuenta”.
- “Cuando le hablamos en aymará, nos rechaza, y no nos explica lo que tenemos”.
- “No confiamos porque es mujer”.
En razón de estas actitudes percibidas, la comunidad en general demandaba un médico varón, que hable el idioma nativo (aymará) y que provenga de la propia comunidad, denotando un prejuicio sobre los “médicos blancos y sobre todo por las mujeres”; asociando una experiencia poco afortunada con un estereotipo de proveedor de salud “obstáculo” para el bienestar de la comunidad.
Todo esto se expresaba, por un lado por una afluencia mínima de usuarios en el hospital y por una participación disminuida en las convocatorias de salud en las comunidades.
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